Junio de 1971. El Museo Rosa Galisteo recibió una donación significativa: 24 obras de arte y 174 libros fueron entregados por Amparo de los Santos, cumpliendo la voluntad testamentaria de su hermano, Luis León de los Santos.
Trabajos de artistas argentinos como Spilimbergo, Soldi y Nora Borges, más una biblioteca entera se incorporaron al acervo cultural gracias al compromiso de Luis León de los Santos.
Junio de 1971. El Museo Rosa Galisteo recibió una donación significativa: 24 obras de arte y 174 libros fueron entregados por Amparo de los Santos, cumpliendo la voluntad testamentaria de su hermano, Luis León de los Santos.
Un conjunto que sumó valor patrimonial y a la vez permitió reafirmar el lazo entre la cultura santafesina y uno de sus benefactores más silenciosos pero fundamentales.
De los Santos nació en Barcelona el 21 de diciembre de 1897. Llegó al puerto de Buenos Aires el 25 de mayo de 1905. Desde entonces, la Argentina fue su patria adoptiva y espacio de acción.
En 1919 egresó como Profesor Especializado en Letras. Ejerció la docencia en escuelas públicas de la ciudad de Buenos Aires: Flores, Villa Devoto y La Boca.
Allí, "sembró cultura". Creó un museo escolar con obras de artistas boquenses y formó una colección que luego donaría a diferentes instituciones. Su filosofía era que el arte debía convivir con la educación.
La relación con Santa Fe se inició en 1940. Ese año visitó el Museo Rosa Galisteo y conoció a su director, Horacio Caillet Bois. A partir de ese encuentro, comenzó una etapa de donaciones que transformaría al museo. En 1942 entregó 30 obras. Entre 1940 y 1958, sumó 328 piezas más.
En 1955 se radicó en San José del Rincón, donde construyó una casona de estilo colonial. Fue allí donde reunió la última parte de su colección, entregada post mortem al museo santafesino.
Las 24 obras donadas en 1971, según señala El Litoral en su edición del 19 de junio, abarcan diversas técnicas: óleos, grabados, acuarelas, témperas y dibujos. Entre los artistas representados figuran Raúl Soldi, Norah Borges, Lino Enea Spilimbergo, Raquel Forner, Lorenzo Domínguez, Miguel Diomede, Alberto Bruzzone y Taverna Irigoyen.
La entrega también incluyó un óleo anónimo de la escuela cuzqueña. Las obras fueron recibidas por la entonces directora del museo, Rosa María Ravera. Junto con las piezas artísticas, llegaron 174 libros y opúsculos que sirvieron para fortalecer la biblioteca especializada del Rosa Galisteo.
Luis León de los Santos vivió de su salario como maestro y de su jubilación. Sin embargo, invirtió gran parte de esos ingresos en adquirir obras de arte. Promovía a artistas emergentes, pero no buscaba el reconocimiento público, donaba en silencio.
Sus donaciones llegaron a Rosario, Tucumán, Córdoba y a las escuelas del Consejo Escolar de La Boca. Allí fundó una pinacoteca que, en 1994, fue reinaugurada con su nombre.
Luis León de los Santos fue un sembrador de cultura, un maestro con vocación de coleccionista. Hoy, su huella está viva en las salas del Museo Rosa Galisteo, en la casona de San José del Rincón, y en cada obra que alguna vez compró con sacrificio.
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